CONCURSO NACIONAL DE ANTEPROYETOS, PARA EL COMPLETAMIENTO DEFINITIVO DEL CONJUNTO CIVICO- MONUMENTAL COMO PARTE INTEGRANTE DEL PARQUE NACIONAL A LA BANDERA ( APERTURA DEL PASAJE JURAMENTO ENTRE CATEDRAL Y MUNICIPALIDAD E INCORPORACIÓN DEL GRUPO ESCULTORI
Alejandro Beltramone- Marcelo Ponzellini- Mariano Costa- arquitectos. Colaboradores: E. Bechis- M. Bonelli- R. Radeff- P. Quagliato- M. Valenzuela- D. Valiente.0014-1
MEMORIA DESCRIPTIVA
Conjunto Cívico- Monumental.
La condición de partida del concurso de anteproyectos de completar definitivamente el Conjunto Cívico- Monumental, como parte integrante del Parque Nacional a la bandera, determinó que a partir de tal propósito, solo el proyecto habría de guardar los sentimientos que el lugar iniciara: un sitio de alto valor histórico- institucional.
La percepción dinámica, la forma que el uso público le otorga a los espacios, y un fuerte sentido del emplazamiento como lugar metropolitano, se han obtenido con medios de neutralidad arquitéctonica y contención expresiva, dando expresamente al diseño de los elementos un valor mínimo, anecdótico. La escala espacial que se pretendió en el anteproyecto general del conjunto posibilitó las posteriores operaciones de diseño menor, definiendo una imagen terminada como composición a los elementos que intervinieron en cada una de las etapas de construcción del proyecto.
Tomamos como dato la arquitectura heredada del sitio. El edificio de la Catedral, el Palacio Municipal, la Plaza 25 de Mayo, y moldeando la topografía irregular del terreno pusimos en valor las relaciones preexistentes de dichos elementos con el Monumento Nacional a la Bandera, el río Paraná, el horizonte. Así, el camino- puente, metáfora perfecta de la conexión sustituye aquí a la plaza, espacio de representación social por excelencia, y abriéndose paso entre los edificios duros, solistas posibilita que dicho contexto quede atrapado en su recorrido conformando el “Pasaje Juramento”.
El acto de cruzar, de saltar hacia el atrio proyectado en el frente oeste del Propileo se acentúa por la presencia del espejo de agua que contiene el grupo escultórico. El agua cae por los escalones absorbiendo el desnivel del terreno, refleja las esculturas y el muro urbano, pone en movimiento lo inanimado, hace que los elementos se sitúen enfrente, detrás, encima, debajo. Sin reeditar otro monumento con el carácter del diseñado por su autora, Lola Mora, encomendado durante la segunda presidencia del general Julio A. Roca en conmemoración de la creación de nuestra Bandera Nacional y que luego fuese abortado dejando inconcluso sus trabajos; el conjunto escultórico se presenta como una extensión del actual Monumento de los arqs. Angel Guido y Alejandro Bustillo en un marco espacial acorde con el valor patrimonial de su obra y su debida protección y conservación.
El asumir el proyecto con la voluntad de construir un marco espacial sensible pero con un protagonismo mesurado, determinó la decisión de incluir la nueva sede sacerdotal y parroquial, en reemplazo de la demolida para la apertura del pasaje, completando el nivel de basamento del conjunto significativo de la Iglesia Catedral y el Palacio Municipal. De esta forma, mediante un correcto aprovechamiento de las cotas del terreno, se vinculó transversalmente el nuevo edificio con las calles Santa Fe y Córdoba, creando una terraza de uso público y una fachada continua que se brindan con visuales francas hacia el Monumento.
En cuanto al edificio de la Municipalidad, sus medianeras sur y este a la vista producto de las sucesivas demoliciones se encuentran en actual etapa de proyecto para transformarlas en nuevas fachadas, asignándoles los roles que le corresponden en la nueva composición; como así también, la remodelación de la Plaza 25 de Mayo en función de una mayor integración al Conjunto Cívico- Monumental.
Nueva Sede Parroquial.
La síntesis pretendida en la resolución de un edificio que debía atenuar su presencia significativa y que presentaba incompatibilidad de uso entre las partes intervinientes de su programa, llevó a la consideración de organizarlo en dos sectores, perfectamente identificables en planta, a partir del eje del pasaje- puente y debajo de su cota superior : el sector Sacerdotal hacia calle Córdoba, destinado a la vivienda de los sacerdotes residentes de la Catedral; y el sector Pastoral hacia calle Santa Fe, de atención a la comunidad con aulas para catequesis.
El primero, por su uso netamente privado y calidad espacial se desarrolló en dos niveles con un patio abierto exclusivo como expansión del interior, que contiene el ingreso restringido desde la calle y garantiza los requisitos de la adecuada iluminación y ventilación de todos sus locales, además de minimizar las visuales no deseadas provenientes de las áreas peatonales públicas de la terrazas; como así también, de los balcones de los edificios en altura del contexto. Este sector está vinculado directamente con la Catedral, siendo la Sacristía el punto de articulación.
El sector Pastoral, por su carácter más público, se ubicó con frente directo al Monumento en relación más franca con el exterior donde se encuentra el pasaje peatonal Córdoba- Santa Fe, la arboleda recortada del Parque a la Bandera y el espejo de agua fundiéndose con el río Paraná como fondo.
El nexo entre estas dos áreas se estableció por medio de un hall, controlado en su acceso por el local de la secretaría, y del cual parten las distintas circulaciones, diferenciadas según el flujo de movimiento del público en: circulación para las aulas, auditorio y archivo, y circulación para la sala de recepción de autoridades y boxes de consulta espiritual.
Materialidad.
La materialidad de la obra asume una estricta tradición monumental expresada mediante una cuidadosa construcción en el uso repetitivo de un repertorio limitado de materiales. Una fuerte presencia matérica, tectónica, consecuente con la tradición de permanencia, se ha llevado a cabo con el uso de la piedra ( mármol y pórfido) para los diferentes pisos, revestimientos y bancos; y el hormigón visto para los elementos estructurales.
En la explanada del atrio proyectado frente al Propileo y en todo el perímetro del espejo de agua se utilizó el mismo mármol travertino pulido empleado por Guido en su obra por considerarlas como partes que se extienden del Monumento a la Bandera. En contraposición por textura y color, y con la finalidad de diferenciar los elementos incorporados por el proyecto al conjunto existente, el pórfido patagónico se destinó a las nuevas áreas peatonales y al basamento del conjunto edilicio de la Catedral y la Municipalidad. Su elección no solo se debió a la asociación con el color púrpura del Palacio Municipal, sino también a su versatilidad de uso para la materialización de pisos peatonales y vehiculares, fachadas y escaleras, a lo que se agregaría el equipamiento urbano como ser bancos. Por último, el mármol de carrara se reservó para la cinta del puente que junto el borde plegado de bronce pompeyano definen el Pasaje Juramento destacándolo del resto de la composición.
Reflexión final.
En síntesis, una posible representación del hecho de conectar, paradigma de nuestra civilización, es la intención fundamental de este trabajo, es la redefinición del espacio público más simbólico de la ciudad pretendiendo una nueva simplicidad y una mayor insistencia en las ideas más esenciales que se aplicaron en el reduccionismo formal, la interpretación astuta del lugar, la precisión tecnológica y la manipulación mesurada de la forma en reacción al exceso de signos y a la mezcla de lenguajes generado por el festín posmoderno . Acaso nuestra tarea como arquitectos consista precisamente en intentar representar nuestra civilización, en construir sobre ella una cultura. Mientras sigamos ocupados en la manipulación de los textos y las imágenes en lugar de dar forma a los fenómenos de nuestra civilización seguiremos dentro del juego simulador que convierte la ciudad en un puro decorado que oculta la incómoda visión de un metabolismo automático, impidiendo que sea flexible y abierta a los cambios.
Cabe una última reflexión. Dominic Papa escribió sobre el Panteón de Roma: “Lo fascinante del Panteón es su habilidad para permanecer sin cambiar físicamente a lo largo del tiempo y, sin embargo, acomodar programas a lo largo de su vida; fue un juzgado, un mercado, una iglesia y muchas otras cosas. Pues bien, cuando recibimos el encargo por Concurso Nacional para construir el Pasaje Juramento suponíamos que detrás del requisito excluyente de conectar el Monumento a la Bandera con la Catedral, el Palacio Municipal y la plaza 25 de Mayo, junto a la posibilidad de contemplar las estatuas de Lola Mora, el espacio proyectado sería soporte para el desarrollo de actividades implícitas del lugar, no previstas o enunciadas por las bases y a las cuales la obra debía dar respuesta. Con el tiempo, finalizada las dos primeras etapas de los trabajos, la realización en el lugar, por ejemplo, de espectáculos de danza, desfiles de moda, filmaciones de cortos publicitarios, sumados a las actividades espontáneas ante la atenta mirada del pasante, confirmó nuestra hipótesis.